La comprensión lectora es una habilidad lingüística fundamental para la vida y la educación, que va más allá de la mera decodificación de palabras; implica la interpretación, extracción y construcción de significados al interactuar con un texto, integrando conocimientos previos y el contexto. Estudios recientes, como el de UNICEF en 2022, han señalado niveles bajos de comprensión lectora, incluso en estudiantes universitarios, lo que subraya la urgencia de fortalecer esta habilidad.
¿Qué involucra la comprensión lectora? Es un proceso complejo que requiere concentración, atención, análisis, interpretación e integración de conocimientos. Se puede entender en varios marcos:
Según Van Dijk y Kintsch (1983):
Microestructura: Identificar relaciones de significado entre frases y cláusulas.
Macroestructura: Captar la información general e ideas principales.
Superestructura: Entender el esquema organizativo del texto.
Niveles tradicionales de comprensión:
Literal: Comprender lo que se expresa explícitamente.
Inferencial: Interpretar lo no dicho, "leer entre líneas" y relacionar con conocimientos previos.
Crítico: Evaluar el texto, aceptándolo o rechazándolo con argumentos.
Procesos esenciales: Decodificación, fluidez, vocabulario, comprensión de la estructura y cohesión de oraciones, razonamiento y conocimientos previos, y atención y memoria de trabajo.
Estrategias para mejorar la comprensión lectora en el aula:
Los docentes deben implementar metodologías activas que fortalezcan las habilidades cognitivas de análisis, inferencia y reflexión crítica. Algunas estrategias clave incluyen:
Estrategias de lectura (Solé):
Pre-lectura: Preparar al lector, definir objetivos y activar conocimientos previos (ej. con recursos multimedia).
Durante la lectura: Aplicar técnicas como el muestreo, el uso de esquemas y la predicción para interactuar con el contenido.
Post-lectura: Enfocarse en la comprensión global y la apropiación del conocimiento (ej. elaborar resúmenes o síntesis).
Jerarquización de la información: Utilizar organizadores gráficos para visualizar y estructurar el conocimiento:
Mapas conceptuales: Para visualizar relaciones jerárquicas entre conceptos.
Mapas mentales: Para representar ideas de forma visual, partiendo de una idea central.
Andamiaje asistido: Ofrecer apoyo provisional y guiado al estudiante hasta que logre autonomía. Ejemplos incluyen:
Modelado de estrategias y pensamiento en voz alta por parte del docente.
Incentivar el uso de "palabras clave" para formular preguntas.
Anticipación de dificultades, uso de apoyo visual y listas de verificación.
Enseñanza recíproca y gradualidad en la dificultad de las tareas.
La mejora de la comprensión lectora requiere una planificación pedagógica deliberada que articule objetivos, metodologías y recursos. Esto permite trascender la lectura literal, orientándola hacia una función formativa que construye conocimiento y desarrolla lectores críticos y competentes.

Comentarios
Publicar un comentario
profejjs25@gmail.com